jueves, 30 de junio de 2011

Soñar despierta...


Durante un rato me he permitido soñar despierta y me he puesto a buscar una habitación en un hotel de playa en el que estuve en agosto del año pasado con mi familia, pero esta vez pensaba en escaparme con él, lejos de nuestras respectivas realidades, de nuestro día a día...

Durante un rato he imaginado como sería: un fin de semana tranquilo; simplemente caminar por la playa, hablar de cosas sin importancia, contarnos nuestros secretos; ser nosotros mismos, no los que somos cada día, sino esos que escondemos a los demás, los que ni siquiera nuestros amigos conocen...Yo me dejaría querer, sacaría mi lado más dulce, y también el más loco; y él sería mi caballero andante, me haría sentir su princesa, su reina...


Nos he imaginado sentados en la arena, con el sabor de la sal en los labios, mi cabeza en su hombro, y, como fondo, el sonido del mar... Una imagen idílica, onírica, pura, sin defectos... Luego, la noche caería sobre el agua, las estrellas lucirían sobre nosotros, y yo tomaría la iniciativa y le diría al oído que le quiero...

lunes, 27 de junio de 2011

32º


Que en Bar-Galen haya 32º en junio no es ninguna novedad... Lo que ocurre es que son las 23:50 y el termómetro se empeña en quedarse ahí, sin bajar ni una décima... Además, acabo de tomar un aparentemente inofensivo sorbete de limón, que mi hermano ha preparado en un momento con un resto de champán que quedaba en la nevera y helado... Hummmm, que bueno, que fresco, pero qué desastres provoca: ahora, una vez pasado el efecto refrescante, siento que las compuertas que, normalmente, están cerradas en mi cerebro, se abren por efecto del alcohol, y tengo que controlar la riada de pensamientos y deseos que, en circunstancias normales, están quietecitos al fondo, callados, y ahora se empeñan en salir o, como poco, en levantar la voz...

Busco. Toda mi vida ha estado marcada por la búsqueda de algo que no sé lo que es, pero que, estoy segura, reconoceré cuando lo encuentre... Ahora miro, y veo, y siento, y no sé si es real o el reflejo de mi necesidad de buscar... y, de repente, no me importa... Lo que veo y siento me gusta, me hace sentir viva, aunque no sea real, aunque sólo sea real para mí...

Ahora, sentada frente a la pantalla, supongo que él nunca leerá esta entrada, (y qué más da si la lee), y me invade el deseo de dejar de escribir, de salir al jardín y sentarme a mirar la noche, con los pies en el agua, imaginando lo que sería que estuviera aquí, conmigo, a mi lado: mi mano entre las suyas; mi piel contra su piel, ardiente, y en mi boca las palabras exactas y los besos más profundos...

jueves, 23 de junio de 2011

Noche de San Juan


Era esta misma noche, la noche de San Juan de hace no se cuanto tiempo, y si lo sé, no quiero mencionarlo... Mi enamorado de entonces, (o al menos él decía estar enamorado), creía creer en la magia, en lo sobrenatural en su versión más pagana, en los ovnis, en la reencarnación y en las energías místicas. Y yo, que soy tan meridional que sólo puedo creer o en Dios o en nada, me limitaba a dejarle hacer...
Digo todo ésto no con ánimo de criticar, sino para explicar porqué aquella noche estábamos en el campo, después de medianoche, con otros amigos, recogiendo hierbas para hacer un ramo. No recuerdo para qué servía aquel atado de hierbas, cortadas bajo las estrellas: romero, tomillo, ajedrea... Olía como olían esta mañana las calles de Toledo, antes y después de la procesión del Corpus... Como huele ahora mismo en mi habitación, porque me he traído un ramito al volver a casa, embebido con el perfume del incienso...
Aquella noche la luna estaba, como hoy, medio velada, y más que medio menguante. Hacía calor, como hoy, y nos acompañaba el ruido amable que suelen emitir los jóvenes cuando están juntos y lo pasan bien. Volvíamos a mi casa, y mientras mis amigos charlaban y reían, yo caminaba en silencio enmedio de ellos, intentando que aquel instante quedara captado para siempre por la Polaroid de la memoria, puro y nítido: una mezcla de olores y sentimientos, una mezcla de amor e indiferencia, un recordatorio de lo que fuimos...

lunes, 20 de junio de 2011

La gata


Anoche hiciste que me fuera a la cama con una sonrisa en la cara que hubiera envidiado el mismísimo Gato de Cheshire y que me ha durado hasta la mañana. Ya sé que, posiblemente, probablemente, no tenías intención de hacerme sonreír. O quizás sí. Porque he ido adivinando, con el tiempo, que tienes un sentido del humor muy parecido al mío, que eres capaz de seguirme cuando estoy de broma lo mismo que cuando hablo en serio, y, lo más importante, eres capaz de distinguir cuando es lo uno o lo otro.

Cómo echaba de menos hablar contigo… Ese flirteo continuo con el que te abrumo, haciéndote las proposiciones más escandalosas, que tú te tomas con la mayor tranquilidad y que, en el fondo, tienen un punto de verdad que, estoy segura, también te hace sonreír.

Hoy, por tu culpa, en el día más caluroso de lo que llevamos de año en Toledo, he tenido que meterme en el agua fría varias veces, lo que, en realidad, ha sido contraproducente, porque el efecto ha sido el mismo que si un caballero en cota de mallas, con guanteletes de acero, frío, me abrazara entera. Y mientras mi piel se enfriaba, mi imaginación ardía, y te convertías en el objeto de un deseo absurdo, de una repentina necesidad de tenerte al lado, de probar el sabor de tus labios; una escena de vodevil, algo ligero, frívolo y sentimental que no nos llevaría a ningún sitio. Uno de esos momentos en los que el oscuro animal que me habita toma las riendas de mi consciencia y me vuelve una gata, una gata que mira a través de los espejos, como Alicia, buscando alguien amable…


viernes, 3 de junio de 2011

Oscuro



Amo de ti la oscuridad; ese lado

imperfecto y sombrío que no alumbra

ni siquiera la luna; el que adivino

cada vez que me cruzo en tu mirada.

Amo de ti el sabor desconocido;

ese músculo que apenas entreveo,

que descubro en tu cuello cuando andas;

y el color de tus ojos y tu pelo.

Amo de ti tu hielo y tus hogueras,

te amo como eres, sin pretextos.

miércoles, 1 de junio de 2011

Volviendo al desván


Uff, como pasa el tiempo. Más de un año sin aparecer por aquí, porque, entre otras cosas, no me apetecía cargar aún más el pesado fardo de la depresión con estos recuerdos, que mientras permanezcan medio enterrados en la arena del tiempo no son otra cosa que eso, imágenes y sentimientos pasados.
Nunca he creído merecer el comentario que hizo un amigo poeta sobre las cosas que escribo, a saber: que a mi obra siempre le tocaba bailar con la más fea. Será que yo no tengo suficiente sensibilidad para que me inspiren otras cosas que no sean mis propios sentimientos, que la mayoría de las veces se ven teñidos de pesimismo y dolor, pero es que me veo incapaz de escribir, como él, que 'la tarde de agosto era un paragüero' y quedarme tan ancha... Así que, efectivamente, he estado bailando con la más fea desde el vals a la polka, pasando por todo tipo de ritmos, pero era MI fea, y estas cosas se resuelven en familia, sin airearlas.
También es verdad que por culpa de la depresión he dejado todo lo que creía que me importaba algo, así como mi llamémosle relación, y ahora mi barquita navega sola por esos mares, un poco más vieja pero me temo que no más sabia, por lo que lamentablemente, y mi alma se regocija con la idea, volveré a caer en las mismas cosas, me enamoraré perdidamente de algún tipo que no me convenga, o, lo que es peor, no sepa ni que existo; sufriré y lloraré, y, al mismo tiempo, me divertiré un montón. Con vosotros, si seguís queriendo pasar por este pequeño rincón.