lunes, 1 de agosto de 2011

Haiku


Puedo entregarlo
o romperlo en pedazos.
Mio. Mi corazón.


Anoche no podía dormir, tirada en la cama, contemplando el ventilador, girando, girando, convertida mi habitación en un homenaje a las películas de Vietnam de hace algunos años, así que me senté bajo el aire que daban sus aspas y me puse a contar sílabas para crear este haiku. No es gran cosa, pero tengo que reconocer que me ha dejado bastante contenta. Son jodíos, los haikus. En tan poca cosa hay que desgranar una emoción o una historia. Éste contiene parte de las dos: lo que siento y lo que podría ser. Un momento de frustración, en el que mandarlo todo al demonio, hasta que recuerdo que no es nada, no fue nada, no hay nada. Que ni somos, ni fuimos, ni seremos. Ya ni siquiera sé si somos amigos. Nada.

2 comentarios:

Crasmir dijo...

Te ha quedado un Haiku precioso. Y con mucha razón. Supongo que lo mejor que se puede hacer con el corazón es entregarlo. Aunque a veces duela, será mejor que te lo partan a partirlo tú,¿no?

Alawen dijo...

Hola, Crasmir, bienvenida al desván...
Yo también prefiero que me partan el corazón a partirlo, no me gusta hacer daño a alguien que me importa...
Gracias por tu visita :)