martes, 22 de enero de 2008

El ajenjo

No sé como sonará ésto hoy, a la luz del día, esta estéril sucesión de palabras que escribí en la madrugada, insomne, mientras los calmantes hacían retroceder el dolor como una marea, dejando al descubierto la parte escondida de la playa, en la que saltaban, ahogándose en el aire, los pececillos dorados de pensamientos nocturnos, los recuerdos boqueantes en la bajamar de la memoria...
Yo recuerdo...
Recuerdo que la primera enfermedad de la que tengo memoria fue el molesto sarampión, sobre todo porque tenía que permanecer en cama, sola, en la semioscuridad, mientras la cabeza me daba vueltas y vueltas, y la fiebre iba y venía, llenándome la imaginación de pesadillas que aún conservo... Nadie venía a visitarme, (lógicamente, nadie quería contagiarse), ni podían acercarse mis hermanos. Asi que allí estaba yo, sola, rodeada de mis cosas más queridas pero sin ánimos para disfrutarlas. Y entonces, mi padre me hizo un regalo. Un libro. Todavía lo conservo, casi como el primer día, una bonita edición de "Platero y yo" del Círculo de Lectores. Y gracias a la magia de la lectura, salí de mi habitación bajo la luz de la lámpara de noche y paseé por los campos de Moguer en compañía del Loco y de su burrito... Y lloré al final, como todavía lloro cuando vuelvo a él...
No sé porqué, me ha venido a la cabeza este cuadro de Degas, en el que la modelo parece perdida en sus pensamientos, como si sus recuerdos flotaran en ese vaso de absenta, tan lejana de todo y de todos como yo me siento ahora mismo, sola otra vez y esperando que regrese el dolor.
Supongo que, una vez pasada la crisis, no volveré a escarbar en mis recuerdos hasta que vuelva a subir la marea, y tenga que nadar hacia la superficie, hacia el sol que brilla sobre las aguas verdes de este mar de sombras...

viernes, 11 de enero de 2008

Invierno (I)

Llueve. Hoy ha amanecido un cielo gris y plomizo, un cielo más de estaño que de plomo, parafraseando a Chesterton, y mientras me secaba frente al espejo he tenido un súbito acceso de deseo, de pura necesidad física de reencontrarme con Roma y con la Via Giulia, antes de cruzar el río, con mis días de oro y calor del verano en el Trastévere, caminando a la sombra de los muros rojizos, cubiertos de hiedra, en la última semana de junio, como la última vez.
Calor y humedad, y el Tíber que fluye formando la frontera intangible entre la Ciudad y el barrio de los artistas y soñadores, el auténtico "core de Roma", lleno de farolillos que encienden la noche en guirnaldas. Puestecillos con baratijas, músicos callejeros, y gatos. Muchos gatos.
Vuelvo a sentarme en los escalones de la fuente, frente a Santa Maria en Trastévere, y contemplo los arbolillos enanos, (limoneros, naranjos), que adornan las trattorie, plantados en cubetas verdes... La noche se llena, de pronto, del aroma del azahar, y los fuegos artificiales que brotan de la Isola Tiberina iluminan el cielo...
Y mientras, aquí, en la realidad, una ráfaga de lluvia cubre, como una cortina de cuentas sin valor ni brillo, el cristal de mi ventana...

miércoles, 9 de enero de 2008

Lo mismo de ayer


Me levanto a beber de madrugada
y no hay agua bastante, ni tan fría,
como para apagar la sed que abrasa
mi interior.
No sé lo que deseo,
lo que busco o espero,
no lo encuentro
ni sé donde buscar. Me gustaría
tener respuesta clara a mis preguntas...
(¿No será que me faltas tú y que siento
como si el mismo aire me faltara?)

martes, 8 de enero de 2008

Yo y yo misma

- ¿Me estás escuchando?

- Perdona, ¿que me has preguntado?

- Creo que para tí se acabó el champán... Y no mires la botella, que ES champagne, dicho finamente, ya sabes que no compro cava...

- Vale, no te cabrees, y vuelve a repetir la pregunta, no te estreses... Te juro que cada día más me recuerdas a como eras con dieciseis años...

- Te decía que si crees posible que alguien se enamore de una persona a la que no se conoce...

- Pues claro, mira yo con Vincent...

- No te pases, que estoy hablando en serio...

- Y yo. Por desgracia.

- Pero no me vas a comparar lo tuyo con Vin Diesel a lo que te estoy preguntando...

- ¿Y que diferencia hay? Estoy loca por él, y estoy segura que si me conociera, yo también le gustaría... Así que el problema está en que no nos conocemos... Ya me gustaría, claro. Y no me pongas esos morros, que por muy elfa del bosque que seas a tí también te gusta Vin...

- No se puede razonar contigo...

- Lo que pasa es que te gusta hacerte la intelectual, querida Alawen... Y me reitero en mi idea, no sé que te ha dado, que llevas una temporada igualita a cuando estábamos en el Insti... Sólo te faltan la carpeta y volver a hacer versos... Porque lo de los versos lo dejaste, ¿no?

- (Suspiro) De todas maneras, me abandonó la inspiración hace tiempo...

- Lo que necesitas es salir más... Mira, que buen propósito para 2008... Visita a los amigos, haz un viaje... Pero no te quedes en casa envejeciendo... Hazme caso y seremos felices las dos...
(Como odio ser TAN dual...)


(Conste que a mí lo que me gusta de Vin es su sonrisa)